sábado, 15 de agosto de 2015

Román
















Vengo de comprar al quiosco. Todo mi cuerpo corcovea porque el barrio 
es una montura indómita. Pasan dos pibes, nos medimos: pecho en alto, 
manos atrás, puño cerrado. Si pasamos, hay respeto. 
Llego a casa, saludo a Mari –de cuya hija siempre estuve enamorado- 
y le doy las llaves al viejo que le dice 
Pero estamos a fin de mes, vos no te hagás problema. 
Vengo de ya no sé dónde, conjurando un plan 
y su destino. Tengo 36 años y veo a Román diciendo: He decidido dejar el fútbol.

(silencio)
(silencio)
(silencio)

(si te hubiera cruzado en la esquina, te pego)

domingo, 2 de agosto de 2015

CUANDO LA FELICIDAD ES MUCHA, LA CALVA ANDA CERCA -DICEN




Cuando todo termine
no habrá lágrimas que derramar
y nadie cerrará el telón pues está avisado
que todo debe continuar.
Cuando ya no pueda decir adiós
la orbe oradará los días con flores y
la felicidad de la primavera habrá de recordarme
y habrán de sonreír
por las tonteras hechas -pues la vida es, qué mas!,
sino una alegre zoncera, cierto?

Cuando me toque la hora diré: Gracias Dios, Universo; PachaMama,
Tiempo griego y aymará: pues recuerdo que un día en especial
pude unir, al través de la sonrisa, mi niñez
con mi juventud y, juntas, saludar a mi vejez ante aquel portal
que deberemos conseguir con humor y felicidades hechas.

Cuando sea que sea que suceda
cuando sea que tenga que suceder
cuando -lloro ahora- deba decir adiós
-y quizá no tenga tiempo para hacerlo- cuando sea,
que sea: entonces.

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