jueves, 9 de septiembre de 2010

32



























hace ya treinta y seis años

del último y peor golpe militar
sucedido en mi país: Argentina.


Yo nací bajo ese cielo raso
hace treinta y dos años.


¿Qué decir?
¿Qué puedo contar?
Pareciera que no importa...


Pienso en la liviandad de cierto espacio
que me deja ver los surcos de la tierra
al llegar a Madrid,
y las pequeñas venas que luego
se convirtieron en carreteras
y en ellas, las hormigas
se volvieron autos, camionetas,
y en ellas,
los ácaro que, al acercarme a tierra,
tenían Tiempo e Historia... Y Problemas.


¿Qué debo decir ahora?


Sé que crezco. Continuamente crezco.
Y, sin embargo, me pesa un suicidio subdesarrollado.
Y sin embargo me pesa una parte de la Historia
de la cual no puedo ser culpable...


Si el lenguaje fuera condescendiente
hubiera gritado por mis desconocidos... ¡Fuerte!


He conocido gente
y gente me ha conocido.
¿Es esto la vida?
No lo sé..


Busco el amor, hasta en la cuchara del té.
Busca la amistad, hasta en la mirada del vago indiferente.


Soy un llorón, dirán.
Qué puede importarme.
Otro llorón antiquo
creó su religión...


la LÁGRIMA suele ser muy fuerte.


Quisiera dejar de pensar tantísimo tanto.
Quisiera despertar esa parte dormida de mi cerebro.
Quisiera ser un poco más sentimental.
Quisiera no preocuparme al respirar...


Yo juzgo mi respiro
y por constatarlo, me creo, me afirmo.


Eso es la pesadilla que me despierta...

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