sábado, 30 de marzo de 2013

los laicos




















correr como un perro sin prejuicios
recien abandonado
ante la extensa alameda, asombrado.
correr como un perro...


la ciudad es absoluta
cada lugar es un punto 
donde dejar la referencia
cada gota es un camino a lo canino


correr como un quiltro manso y fiero
pateado y dejado en lo alto de los cerros
y bajar por Vitacura
a la busca de la pestilencia
que siempre es alimento


y de a poco pelearse con otro descolgado
que cela la esquina y su árbol
hasta que la sangre de frutos de hocico
y, juntos, ladren a los autos:
Esos dueños que huyen, esos ex-dueños violentos.


ser una sombra de luz
en medio de Plaza Constitución
a las tantas de la tarde
en la estación que nos merezca
y no ladrar por ello:
Eso inquieta la malevolencia del cadete frustrado
y exaspera al diputado...


bajamos y subimos
calles y avenidas
así, por que sí
pues no hay magia en esto


2 comentarios:

Anónimo dijo...

no está mal

Che Pereyra dijo...

Bueno, se agradece vuestra visita.

Saludos che.

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